Cuando la lactancia materna no es posible o en situaciones excepcionales en las que está contraindicada, las fórmulas adaptadas constituyen, en nuestro medio, la única alternativa adecuada para la nutrición del niño (recomendación A).
Las normas europeas aconsejadas por la ESPGAN (Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas) establecen los límites en la composición y características de las fórmulas adaptadas.
Existen varios tipos de fórmulas adaptadas:
1. Fórmulas de inicio, que cubren las necesidades nutritivas del lactante durante los 4– 6 primeros meses de vida.
2. Fórmulas de continuación, más ricas en calorías, gracias a un mayor contenido de proteínas y grasas, y suplementadas con hierro. Se pueden utilizar a partir del 4º - 6º mes de vida.
3. Fórmulas especiales, modificadas para situaciones específicas (sin lactosa, con proteína de soja, hidrolizado de caseina, semielemental, sin fenilalanina, etc.).
Preparación del Biberón
Se reconstituirá según indicaciones del fabricante, habitualmente una medida rasa (5 g) por cada 30 ml de agua, utilizando el dosificador que viene con cada preparado. Primero se pone el agua y después se añade el polvo.
Existen numerosas fórmulas en el mercado que ya vienen reconstituidas. En este caso, simplemente, habrá que poner en el biberón la cantidad recomendada.
El volumen de las tomas y su distribución horaria será ajustado por el profesional que atiende al niño (recomendación B).
Como guía proponemos el siguiente esquema de alimentación:
• durante el primer mes cada 3 horas con descanso nocturno de 4 - 6 horas ( 7 tomas al día ).
• del 1º al 3º mes cada 3 hora y media con descanso nocturno de 4 - 6 horas ( 6 tomas al día ).
• a partir del 3º mes cada 4 horas con descanso nocturno de 6 horas ( 5 tomas al día ).
Las necesidades calóricas están alrededor de 100 Kcal/Kg/día y suponen unos 150 ml/Kg/día de leche (aporta también las necesidades hídricas, que son de 135 - 150 ml/Kg/día) (recomendación B).
Es imprescindible el lavado de manos antes de empezar a preparar los biberones. En España, con las condiciones sanitarias actuales, no es necesario hervir los biberones ni las tetinas, es suficiente el lavado con agua y jabón y un cepillo adecuado (recomendación B); aunque teniendo en cuenta el nivel sociocultural podemos hacer esta recomendación.
Utilizaremos agua mineral natural sin gas hipomineralizada (menos de 25 mg/litro de sodio y < 0,3mg/l de flúor BB) y embotellada, preferiblemente en envase de cristal o plástico cuyo contenido no supere el litro y medio.
No es necesaria hervirla, siempre que tengamos las garantías suficientes de higiene, ya que por definición no tiene virus ni bacteria ni protozoos.
No se aconseja usar garrafas ya que tiene mas peligro de contaminación.
Sí se utiliza agua potable, se aconseja hervir el agua durante un minuto (desde que empieza a hervir en la superficie) si estamos a nivel del mar, y añadiremos 1 minuto por cada 1000 metros por encima del nivel del mar.
La ebullición durante un minuto asegura la inactivación de protozoos, bacterias y virus.
La recomendación de hervir el agua durante 10 minutos no es adecuada ya que aumenta la concentración de sodio 2,5 veces y además, la ebullición a cielo abierto multiplica la concentración de nitratos por 2,4 con el consiguiente peligro de metahemoglobinemia.
El método ideal para calentar el biberón es “al baño María” es decir sumergiéndolo, en parte, en agua caliente para que se caliente poco a poco el contenido del biberón.
No se recomienda usar los hornos microondas porque producen un calentamiento irregular y al comprobar la temperatura puede parecer que es adecuada y sin embargo el niño se puede quemar porque en ciertas zonas la leche puede estar muy caliente.
No se aconsejan las infusiones ni cualquier otro líquido, especialmente si está azucarado, exceptuando el agua sin gas embotellada.
La toma del biberón debe realizarse en un ambiente tranquilo. Es necesario que el niño esté despierto e incorporado, nunca acostado. Existen estudios que demuestran que tomar el biberón en posición de decúbito favorece la aparición de otitis.
NOTA: SIEMPRE SIGUIENDO LAS RECOMENDACIONES DE SU PEDIATRA
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